viernes, 25 de febrero de 2011

ANÁLISIS DE LA PELÍCULA

RATAS, RATONES Y RATEROS


DIRIGIDA: Sebastián Cordero
ESCRITA: Sebastián Cordero
PAÍS: Ecuador
AÑO: 1999
Salvador es un adolescente que se ha vuelto experto en hurtos callejeros junto a unos compañeros, pero todo se ve trastocado por la llegada de su primo Ángel, un ex convicto en problemas.

Ratas, ratones, rateros muestra el mundo de los pequeños delincuentes en una ciudad ecuatoriana. Fiel reflejo sobre la pérdida de la inocencia, a través de la historia de un joven que pierde las pocas cosas que tenían sentido en su vida.


“La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno –nos enseñaba Rousseau-, pero la sociedad lo deprava y lo hace miserable”.

En ese juego de violencia se suman varios personajes, dos primos, uno de la sierra, Salvador, que vive con su padre y abuela inválida en el Sur de Quito; viene a visitarlo su primo de la costa, Ángel, drogadicto y ladrón, que cometió un crimen en Guayaquil y está requerido por la ley.


Ángel pide colaboración a su prima de clase alta, Carolina. Quien a su vez le solicita la droga que le sería comprometido conseguir a ella. Es una historia desenfrenada que emboscará a todos en un espiral de violencia y muerte, donde siempre estará presente Ángel, el detonante de todo.

Es el punto de despegada final de Salvador, un viaje de descubrimiento pero sin retorno. El mundo de la droga hace que el deseo de un momento de placer que lo aleje de la realidad lo valga todo; y una vez que culmina ese placer se necesita más para no hacer tan insoportable la sola existencia de vivir, o sobrevivir.


La esencia de los ratones es esa, cuidarse entre sí y defecar, pero sólo un poco, a los demás. Las ratas amenazan a la ley, pero también saben sus debilidades, sus corrupciones; pero ellos están del lado de las ratas, y lo asumen resignadamente aunque sean capaces de todo, pero se saben ratas.

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